Cartas, Letters, Lettres, Letras: Un poco de la educación brasileña

Estudantes da rede pública de ensino participantes da XV Olimpíada Nacional de História / Unicamp 2023 conhecendo o acerdo da Biblioteca Pública do Estado de Pernambuco. Fonte:Arquivo pessoal

“En cuanto a los últimos años de la enseñanza básica en la red pública brasileña, la salud mental de los alumnos y profesores es vista como el mayor desafío por el 75% de las redes educativas. Aliada a la falta de participación de la familia, señalada por el 74,1% de los respuestas, la pregunta se convierte en un gran obstáculo para la educación en los próximos años".

(Periodico Correo Braziliense - Sección "Yo estudiante")

En los últimos tres años, también debido a la Pandemia del Covid-19, se han producido varios cambios en el ambiente escolar:

1- Las exigencias técnicas y de resultados por parte del Gobierno han sido mayores, ya que llegan recursos millonarios y necesitan mostrarse "resultados" a la sociedad o como "espejo de permanencia" en el poder.

2- Tenemos el cuerpo familiar cada vez más alejado de la escuela al que en ocasiones los padres legitiman o desatienden el abandono de sus hijos en el ámbito escolar. También tenemos un gran número de profesores con contratos temporales.

3- Y por otro lado, los profesionales que, aun trabajando en la educación durante décadas, a veces se sienten limitados en la formación (cuando se dan, dejan huecos).

"La escuela no es un problema de la escuela. La escuela es un problema de la ciudad".

(Maestro Rui Canário, 1948)

Entonces, ¿qué camino tomar? Considero que debemos trabajar en conjunto con las instancias de representación de clase (a través de los sindicatos), movilizar el rol importante del Consejo Escolar en las escuelas y, dentro de una posición transparente, buscar acercar a la comunidad a la escuela a través de lo que se presenta en el medios de comunicación por un concepto de "Gestión Democrática".

Fuente: Site SINTEPE

Ante este escenario y conscientes de que la postura de los directivos de las Secretarías y del Ministerio de Educación no cambiará (seguirán cobrando y estandarizando sin evaluar la complejidad y necesidades de cada escuela) termina quedando en manos de los los docentes tomen acciones que apunten a suplir necesidades, ya sea en términos de enseñanza-aprendizaje o incluso en temas emocionales de los estudiantes. De esta forma, a través de la observación, el diálogo y la apertura de nuevos espacios, conocemos qué hay detrás de tanta agresividad, apatía en el aula y en ocasiones casi “falta de perspectivas”.

La experiencia docente en el aula es importante, pero necesitamos un reconocimiento real de los gobiernos basado en una formación (más cualificada), mejores condiciones en la estructura física de las escuelas (a la hora de subsanar la falta de material de trabajo) y, sobre todo, reconocimientos económicos de pago y reajustes que son derechos de la clase docente pero que son descaradamente negados o retenidos por las instancias públicas.

Durante décadas ha sido la escuela (y directamente el docente) a quien se le ha colocado la responsabilidad no solo de las actividades educativas sino también cognitivas y emocionales del alumno. Corresponde al Estado legislar (al azar) y hacer medios. A su vez, se ha dejado a la escuela el papel que le correspondería a la familia -"guardar", educar y "obedecer"- los deseos de los alumnos que en ocasiones "mandan sus hogares" y controlan a los padres.

"Nuestra escuela produjo inmaduros políticos y sociales".

(Maestro Rui Canário, 1948)

Así, la confianza que miles de profesores tenemos en nuestro desempeño es que cada dinámica y proyecto desarrollado se realiza con el pleno afán de “hacerlo bien”, aún frente a un conjunto de factores que nos llevan a convertirnos en ¡desanimado!

Para asistir: